La rutina, las prisas, el trabajo y el colegio. Son una combinación explosiva que nos afecta más de lo que creemos, en lo personal y lo familiar. Nos lleva a comenzar el día enfadados, cansados y de mal humor. Y no sólo eso, también nos hace despedirnos de nuestros peques estando totalmente desconectados de ellos, y como padres, lo último que queremos es eso, justo cuando vamos a pasar todo el día separados.
Entonces, ¿qué puedo hacer para que las mañanas no sean el peor momento del día?
Vamos a ver algunas herramientas sencillas, que pueden convertir el peor momento del día, en el mejor. Presta atención, porque Mamá de Plutón (Anaïs Darder, Educadora de Crianza Respetuosa y Disciplina Positiva) nos cuenta unos trucos sencillos que te harán la vida más fácil:
- Dormir suficiente
Esto es algo que no cumplimos casi nadie, pero que es tan necesario como respirar. Dormir tiene numerosos beneficios, entre ellos, reduce el estrés y mejora el estado de ánimo, pero es que también contribuye a tener un sistema inmunitario más sano, mejor rendimiento escolar, más memoria, y, además, influye fuertemente en el comportamiento. Así que, no lo dudes, adelanta las rutinas, lo notarás.
- Despertarse antes
Si estamos diciendo que deben dormir lo suficiente, ¿no se contradice con el punto anterior? En realidad no, más bien lo complementa. Despertarse antes es clave, pues vivimos en una vorágine continua de prisas, y los niños llevan un ritmo diferente. Esto puede resultar muy estresante si pretendemos de arrastrarles. Por lo tanto, lo más fácil y amable para todos, es tratar de adaptarnos nosotros a sus ritmos en la medida de lo posible. Si nos despertamos antes, no habrá que correr, no estaremos tan estresados y tendremos la oportunidad de empezar el día de otro modo, sin gritos ni enfados.
- Prepararse la noche anterior
Para evitarnos discusiones por la mañana, podemos dejar preparado todo lo posible para la mañana siguiente (por supuesto, involucrando al peque acorde a su edad). La ropa, la mochila, y todo lo que vaya a necesitar. Esto hará que las mañanas sean más fluidas, pues eliminamos muchos posibles motivos de conflicto.
- Anticipación o tiempos
La anticipación es una gran herramienta con los niños pequeños. Reciben muchas órdenes a lo largo del día, les organizamos los tiempos, y, generalmente, no tienen nada de control sobre ellos. ¿Cómo le ayudo en esto? Explícale la noche antes o al despertarse (depende de cada niño, tú le conoces más que nadie) lo que va a pasar, detalladamente, especialmente cuanto más pequeño sea. Cuéntale también si le vas a recoger tú, si le recogerá otra persona, qué extraescolar tiene ese día, y todo lo que se te ocurra que pasará en el día. Si durante la mañana, a pesar de levantarse con mucho más tiempo, no llega a hacer las cosas, puedes utilizar relojes de arena (para los más peques es muy visual) y poner un reloj para cada cosa. Así puede ir entendiendo, poco a poco, el tiempo que le queda. Por ejemplo, un reloj de arena de dos minutos para lavarse los dientes. Y así con todo.
- Conexión
Esta es la parte más importante de todas. Levántate con tiempo para poder estar en la cama 10 o 15 minutos de risas, besitos y cosquillas. Haz una guerra de almohadas, contaos lo que habéis soñado. Suena idílico o irreal, pero es muy posible, y sólo hace falta tiempo. Dejarle en el cole con un beso y un abrazo acompañados de “pásatelo bien, te quiero mucho”. Cambiar la perspectiva y tratar de vivir las mañanas en lugar de sufrirlas.
Para que ellos rindan en la escuela y nosotros en el trabajo, no hay nada como comenzar bien las mañanas. Sólo requiere unos pequeños cambios en las rutinas, y lo lograremos.
Así que, adelanta el despertador y disfruta de tu peque, porque lo que realmente importa, no es la jornada laboral que nos espera (aunque sea importante), pero lo que hace que la vida valga la pena, sin duda, son ESOS momentos.